Fuente: ElColombiano.com - Por Jaime Herrera Correa
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BUCARAMANGA.- Entre olas, olés, categoría y alto rendimiento la Selección de Colombia puso anoche a soñar al país con un nuevo título Mundial en fútbol de salón gracias a ese partidazo que le jugó a Argentina para un sufrido triunfo 3-2 en el coqueto coliseo Bicentenario de Bucaramanga.
Una joya, en vez de un gol de John Pinilla, considerado por el legendario Jaime Arroyave como el Messi del fútbol de salón, le mostró al combinado patrio un camino que en el complemento se tornó culebrero por la peligrosa reacción del quinteto sureño que fue capaz de empatar, pero no pudo frenar al antioqueño Andrés Murillo, quien se vistió de héroe nacional.
Cuando a los 27 minutos Colombia no podía contar con su estrella Pinilla (por la tarjeta azul) apareció Murillo con dos goles salvadores (30' y 37') para dejar la semifinal 3-2 y enrutar a la Selección hacia su cuarta final mundialista desde que se juega este campeonato en 1982.
¡Qué partidazo mijo, se lo dije que teníamos con qué disputar el título! fue la expresión del pantalonudo Jaime Arroyave cuando el juez venezolano Joselito Escalona indicó el fin de la primera semifinal de la Copa Mundo-Postobón que subió su nivel y de qué manera.
Porque así como Colombia respondió a su favoritismo con la quinta victoria en el campeonato, Argentina ratificó su poderío,pues además de poner las cosas 2-2 de manera parcial con el doblete de Néstor Endrinal (34' y 35') trajo de visita la presión y la incertidumbre a Bucaramanga durante la última parte del juego.
Pero cuando un equipo "está para ser campeón", lo recalcó don Jaime (el mismo que trajo el microfútbol a la nación en la década de los sesenta), la trayectoria del rival se coda corta ante la buena energía de 8.000 aficionados animando a la vez y el talento de un grupo colombiano que logró reponerse de la ausencia de su líder Pinilla y de la vuelta fea que dio el compromiso para conseguir el segundo objetivo de importancia: llegar a la última instancia del torneo que muy bien organizó, pues el primero será ganarlo.
Ese toque toque corto y seguro, la mezcla de magia y talento de Pinilla, la media distancia de Jorge Cuervo y la salvadora aparición con goles de Murillo condujeron a el combinado patrio a una luchada pero merecida victoria sobre los gauchos para ponerse a un partido de conseguir su segundo Mundial y tomar revancha de hace siete años cuando Argentina lo venció 2-1 en la final de 1994.
Sólo queda pendiente bailar el gran tema de esta fiesta, esa que sueña el técnico Jaime Cuervo. Esa será pasado mañana frente al ganador de la llave entre Paraguay y Rusia, que se definirá esta noche en el coliseo Tulio Ospina de Bello.