Yahoo noticias - Por César López | AFP
Oscar Muñoz |
De cuna humilde, Muñoz nació
hace 19 años en el remoto municipio de El Difícil, en el departamento
(provincia) de Magdalena, pero la necesidad de un próspero futuro motivaron a
sus padres, Humberto y Nancy, a buscar suerte en la ciudad de Valledupar
(norte), donde hoy vive con sus cinco hermanos y cursa el último año de
secundaria.
En medio de vallenatos y
noches de fiestas interminables en la calurosa Valledupar, Muñoz descubrió hace
diez años su pasión por las artes marciales.
"Yo soy fanático de las
películas de Van Damme, me las he visto todas, muchísimas veces. No sé si eso
me inspiró, pero me gustaba lo que hacía, esas patadas voladoras y yo trataba
de imitarlo", dijo sonriendo a la AFP, como seguramente tratando de
recordar esos inolvidables momentos de su niñez.
Confiesa que nunca perdió una
oportunidad para escaparse del colegio e irse al cine y quedarse obnubilado
horas y horas con Van Damme o con la velocidad de brazos y manos del actor
estadounidense Steven Seagal, otro de sus héroes de adolescente.
Oscar Muñoz |
"La primera vez que fui a
un gimnasio no vi nada de lo que uno veía en las películas. No habían aparatos,
todo era como de mentiras y tocaba entrenar con lo poquito que había",
señaló.
Pero también lo hacía en su
casa, en un pequeño patio trasero donde colgaba de un árbol varias sábanas
viejas cosidas que llenaba con arena y aserrín, que muchas veces se rompían por
el peso y quebraban las ramas donde se sostenían, o con sus hermanos mayores,
no propiamente porque ellos quisieran sino para defenderse.
"Eso era muy chistoso
porque se rompían cada nada y mi mamá me mandaba a limpiar todo ese
reguero", sostiene mientras se le iluminan los ojos cuando evoca esos años
maravillosos.
Ahora, convertido en medallista
olímpico, es cuando asegura que "lo que viví valió la pena", mientras
exhibe orgulloso su tesoro y se abraza con su entrenador Arturo Vidal, el
hombre que lo descubrió y nunca lo abandonó hasta llevarlo al podio de
Londres-2012.
De apariencia tímida y voz
baja, Muñoz se graduará a fines de año en secundaria, un motivo más para
celebrar un 2012 especial en un pueblo que vive y respira la música vallenata
los 365 días del año.
"¡Ah sí¡ Eso tiene que
ser con parranda vallenata. Le agradezco a mis profesores por haberme ayudado a
cumplir este sueño. Ahora espero graduarme para celebrar con mi familia y mis
amigos en las fiestas (de fin de año)", puntualizó el 'hijo colombiano' de
Van Damme.